Moonlighter 2: mucho potencial made in Spain.

Hay una fantasía bastante repetitiva en los RPGs: matas al dragón, saqueas su cueva y te vuelves rico. Pero ¿alguna vez te has preguntado quién te compra las escamas del dragón? ¿O cómo llegan esas pociones que compras para tus misiones a las estanterías? En 2018, un estudio valenciano llamado Digital Sun se hizo esa misma pregunta y respondió con Moonlighter, una joya indie que nos enseñó que llevar una tienda puede ser tan emocionante como blandir una espada.

En lo personal, no hay género que más me guste en los videojuegos que el roguelite. A lo largo de mi vida como jugador he probado cientos de ellos y puedo decir que Moonlighter 2 se ha vuelto uno de mis Top 3 juegos roguelite de este año.

Antes de hablar del juego, es necesario hablar de sus creadores. Digital Sun, el estudio español ubicado en Valencia, se ha convertido en un referente internacional del desarrollo indie.

Tras el éxito del primer Moonlighter, vendiendo millones de copias, y sacar The Mageseeker: A League of Legends Story, Digital Sun se puso manos a la obra para traer esta segunda entrega, aplicando toda la experiencia ganada en estos años para devolvernos su IP más querida, demostrando que entienden perfectamente el equilibrio entre la gestión relajante y la acción tensa tan característica de su primera entrega.

La premisa narrativa de esta secuela es inteligente porque respeta al jugador veterano. Will ya no es el chico soñador de Rynoka: es un maestro. Pero, como bien sabe cualquier héroe, la arrogancia precede a la caída.

En esta entrega, Will es arrastrado a una nueva dimensión. Ya no estamos en el pueblo seguro de siempre; estamos en Tresna, un asentamiento de refugiados atrapados en un limbo dimensional.

Este cambio de escenario es brillante porque eleva la apuesta: en el primer juego vendías objetos para hacerte rico o famoso; en Moonlighter 2 vendes para sobrevivir y volver a casa. Esa urgencia le da un peso narrativo increíble.

Para los que nunca jugaron a la primera entrega, Moonlighter se basa en un ciclo de día y noche que roza la ludopatía controlada. Y, en esta secuela, ese ciclo se ha pulido hasta el brillo.

De noche somos héroes. Nos adentramos en mazmorras generadas aleatoriamente para luchar contra monstruos y jefes. Aquí es donde entra una de mis mecánicas favoritas: el inventario como puzle. Tu mochila tiene espacio limitado, y algunos objetos están “malditos”, haciendo que tanto la posición como el objeto al que apuntan afecten el resultado final. Gestionar el inventario en mitad de una mazmorra es un minijuego de tensión en sí mismo. ¿Tiro este objeto raro para llevarme este otro mucho más raro (y caro) que va a destruir la mitad de mi inventario? Esa duda constante es el alma del juego.

Además de ello, contaremos con diferentes armas y armaduras que iremos mejorando poco a poco, dando una versatilidad y libertad de combate espectaculares.

De día somos nuestros propios jefes. Volvemos al pueblo, abrimos la tienda y ponemos esos tesoros a la venta. Pero no hay precios fijos. Tienes que leer a los clientes: si pones un precio muy alto, se enfadan; si es muy bajo, pierdes dinero. En Moonlighter 2, esta gestión promete ser más profunda, con una economía que reacciona más a nuestras decisiones y nos obliga a reinvertir las ganancias no solo en equipo, sino en revitalizar el pueblo de Tresna para desbloquear nuevas ayudas.

A pesar de que todavía se encuentra en fase de Early Access y hay contenido que aún no está habilitado, ya puedes jugarlo en PC, Xbox y PS5 a un precio más que interesante.