Si bien hace unos días nuestra compañera LELE redactó una publicación sobre las críticas que The Last of Us II estaba recibiendo, hoy me gustaría a mi sobre la industria del videojuego en lo que a "diversidad" se refiere.
Querría empezar dando un pequeño vistazo a dos juegos que voy a poner en comparativa a la hora de tratar estos temas que, a pesar de estar a mediados de 2020, parecen todavía tabú.
El primero es el próximo juego de Star Wars de mano de Electronic Arts: Star Wars: Squadrons. Hace unos días salió el primer tráiler de la producción, y a parte de un espectacular y casi cinemático gameplay, nos presentaron a algunos de los personajes protagonistas de la historia. Al parecer, serán 5 los personajes de cada bando, tanto de la Rebelión como del Imperio, y efectivamente las redes estallaron cuando vieron el equipo que componía el equipo imperial.
El problema es aparentemente inapreciable y prácticamente no se hace notar. En la imagen podemos ver a 5 pilotos, 3 hombres y dos mujeres, con el aditivo de que la Alto Mando Imperial de la cual reciben órdenes se trata de una mujer, asiática, de pelo corto con mechas rubias. Muchos ahora mismo seguiréis buscándole el error, así que voy a ir al grano y os lo voy a explicar. Si se tiene un cierto conocimiento sobre el lore de Star Wars, también podréis saber que el Imperio es un vivo retrato de los nazis. El Imperio se basa en una supremacía del hombre blanco, no existen los alienígenas imperiales, sólo los hay si no pertenecen a un cuerpo oficial (como los cazarrecompensas o los espías). De la misma manera, funcionan con las mujeres y razas humanas que no sean la blanca. El Imperio es el retrato de esa supremacía aria sobre la que se alzaba el nazismo, tratan de mostrar que son superiores a los demás.
Es cierto que en la historia de Star Wars ha habido mujeres dentro del Imperio, pero las dos más destacables son la Doctora Aphra y la Comandante Iden Versio. La primera se trata de un personaje prácticamente olvidado, con presencia en los cómics, del canon antiguo y cuya única representación en videojuegos ha sido en Star Wars Force Arena, para dispositivos móviles.
La segunda, a pesar de tener mucho más protagonismo, fue creada también por Electronic Arts para la campaña de Star Wars Battlefront II, con un mismo movimiento de "diversidad". Cabe destacar que curiosamente éste personaje es el único femenino que vemos por parte del Imperio en toda la trama y que, además, es hija de uno de los superiores del Imperio.
Las quejas no son porque "Ay, hay mujeres en mi videojuego", sino porque esa inclusión destruye el lore y el trasfondo previo que había. El Imperio siempre ha sido un retrato y un reflejo del nazismo, y por tanto, no es viable su modificación para hacer que el videojuego no tenga críticas en redes sociales por ser machista o algo similar. El problema con este juego es que parece que tratan de vendérselo a las redes sociales antes que a los propios fans y jugadores. Se preocupan más por la opinión pública por parte de las redes sociales antes de preocuparse por aquellos que verdaderamente van a jugar con su producto, y eso, amigos, pasa factura.
Otra inclusión reciente que se hizo en Star Wars Battlefront fue la del refuerzo Imperial, la Agente OSI, una soldado especial con dos pistolas y unas habilidades cuerpo a cuerpo envidiables para cualquier unidad. Por surrealista que parezca, también hubo un gran revuelo con esta unidad, aunque no fue porque la unidad fuera mujer y rompiera los estereotipos supremacistas del nazismo del Imperio, sino porque los fans querían ver a otras tropas imperiales en acción como los Shadow Trooper o los droides de seguridad (como K-2SO, de Rogue One).
Otros se quejaban porque en este mismo juego había mujeres en el bando de la Primera Orden, y efectivamente, de hecho, la clase "Oficial" de este bando son mujeres, además de eso, en las demás clases podemos cambiar el aspecto para que sean de raza negra, blanca o asiática. ¿Es esto una ruptura de trasfondo? En absoluto, pues la Primera Orden se basa en una supremacía HUMANA (aunque también tiene influencia Disney, por lo que no van a hablar de nazis, para qué engañarnos...).
En las propias películas de la trilogía de Disney, podemos ver en varias ocasiones las presencias de mujeres entre las filas de la Primera Orden.
En segundo lugar, ahora tocaría hablar de The Last of Us II... ¿Lo ha hecho bien? Bueno, definitivamente lo ha hecho mucho mejor que Electronic Arts, eso desde luego. Las quejas acerca de que Ellie sea lesbiana prácticamente quedan invalidados cuando ya desde el DLC del primer juego se hablaba del tema. Digamos que no es válido el quejarse ahora de que Ellie sea lesbiana cuando llevan diciéndolo desde hace tanto tiempo, no es ninguna sorpresa y todo el mundo lo sabía. Esto puede parecer una tontería pero realmente habla mucho por parte de la diversidad en los videojuegos de la que quiero hablar. Está guay el querer meter diversidad de todo tipo en los videojuegos, ya que como decía LELE en su publicación, los jugadores se están acostumbrando a recibir juegos estereotipados, donde los personajes masculinos tienen una musculatura abismal y los femeninos son hipersexualizados.
Un ejemplo sería Furia, de Darksiders 3, donde aparentemente parece imprescindible que tu armadura de acero tenga tacones, un accesorio que como todo el mundo sabe resulta totalmente práctico para luchar contra monstruos. Otro ejemplo podrían ser las versiones femeninas de las armaduras y ropas de Skyrim, donde dependiendo de si eres hombre o mujer, las armaduras de piel tienen más o menos tejido o las armaduras daédricas van más holgadas o más apretadas.
En The Last of Us II, además de los lloriqueos (porque lo son) por parte del público acostumbrado a ese estereotipado, el mayor problema es la trama principal y el desarrollo de los personajes, con la inclusión de algunos nuevos con los que se obliga a empatizar a la fuerza y un final que ha descontentado a mucha gente.
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