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Sekiro: Shadows Die Twice (análisis).



Estos últimos meses, gracias a las rebajas de Steam, decidí probar la última entrega de From Software, Sekiro: Shadows Die Twice.


Viniendo de jugar sus anteriores entregas, los famosos Dark Souls, quise probar este juego, pues se que las obras de Miyazaki son dignas de probar. Este juego, (que salió en 2019) ha sido una renovación total del género souls y de todas las características que ello implica, consiguiendo unas mejoras en la jugabilidad muy disfrutables y un soplo de aire fresco que ha sido muy bienvenido.


Sekiro nos pone en la piel de un Shinobi, una especie de mercenario que tendrá el deber de proteger a un niño con el poder de la inmortalidad, del cual tenemos su sangre y podremos usar para revivir si hemos muerto en combate (no entraré en muchos más detalles para no hacer spoiler). Lo que sí, podemos agradecer a la compañía de hacer una historia mucho más fácil de entender que la de sus predecesores, algo que, para los amantes de la narrativa, es de agradecer.


Sekiro renueva el género eliminando casi al completo la parte de personalización del personaje, olvidándote de armaduras y armas para centrarte única y exclusivamente en el combate, siento este mucho más fluido y dinámico que sus antecesores. Dejamos de lado los combates de Dark Souls basados en 2-3 golpes en el momento justo para acabar con el enemigo a una especie de baile en la que tendremos que estar en perfecta sintonía con el combate, los sonidos y nuestro personaje. La mecánica de rodar de los Dark Souls queda sustituida por el arte de proteger los golpes con la espada y subir la postura (una especie de barra de cansancio) del enemigo para poder asestarle el golpe final y alzarnos con la victoria.



Centrado el juego en la sensación de combate y la movilidad, esta entrega cuenta con una enorme cantidad de herramientas que podremos utilizar en los enfrentamientos para sacar ventaja a los enemigos, además de servirnos para poder movernos a gran velocidad por todo el mapa.


La dificultad siempre ha sido un tema de controversia dentro de este género y no es raro ver por redes sociales el eterno debate de un modo fácil en los videojuegos, saliendo siempre como ejemplo los Soulslike. Siendo honestos, Sekiro no es un juego fácil, he estado horas y horas frente a un boss hasta que he logrado acabar con él. Se trata de un juego muy exigente que da una sensación de recompensa muy gratificante cuando acabas con ese enemigo que se te ha complicado. A pesar de esta dificultad propia de los títulos de From Software, la sensación de combate, lo dinámico que se vuelve y las animaciones con las que cuentan hacen que sea una experiencia que muy pocos juegos logran conseguir.



Sekiro ha sido un gran descubrimiento para mi este año, sin duda se trata de un juego que no ha dejado indiferente a nadie y que ha logrado mover el género a un gameplay mucho más dinámico y con una sensación de control y victoria muy gratificante. Si es un juego que tienes en mente probar, no le des más vueltas y dale una oportunidad, estoy seguro de que no te defraudará.


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