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Partidas guardadas en el corazón: un botón para saltar y otro para hacer historia.


Videojuegos

¿Por qué nos gusta jugar a videojuegos antiguos o a las remasterizaciones de estos? Obviando la demostrada parte psicológica de la nostalgia, sobre la cual se han escrito tantos artículos y estudios, vamos a ahondar en un hecho que la industria del entretenimiento ha negado durante años.


La tendencia de remasterizar videojuegos nació cuando las consolas dejaron de ser retrocompatibles, es decir, cuando los discos o cartuchos de las consolas anteriores no podían ser ejecutados en las nuevas. Ya fuera por hardware, al no incorporar el lector correspondiente, o por software, al no reconocer directamente el juego. Esto conllevó a que los desarrolladores descubrieran un nicho de mercado impresionante: volverte a vender un juego que ya habías comprado.


El resultado fue claro: los jugadores salían como locos a comprar las joyas que habían amado de pequeños o que habían salido para una consola que ya no tenían en sus manos. Estas reediciones han llegado a competir incluso contra grandes lanzamientos que coincidían el mismo día. Este desenlace no tendría mucho sentido, ya que te están vendiendo un juego con las mismas mecánicas, la misma jugabilidad, todo exactamente igual, tan solo mejorando los gráficos. Incluso teniendo un juego totalmente revolucionario al lado, en la estantería de la tienda, el comprador tiende por lo tradicional.


Juegos de la playstation 1

El motivo de este peculiar hecho es sencillo: los juegos de antes están mejor producidos que los de ahora. Los desarrollos actuales están llenos de contenido descargable de pago, falta de rejugabilidad cautivadora, fallos de programación que requieren siempre un parche día 0, y un largo etcétera. Un detalle minúsculo pero trascendental que marcó un antes y un después en esta corriente de decadencia fue el momento en que los juegos dejaron de traer una guía de instrucciones. Los desarrolladores abandonaron la experiencia de disfrutar cada compra de tu pasatiempo, poder exprimir tu juego al máximo y coleccionar encantadoras aventuras, por aumentar las ganancias al venderte una gran cantidad de programas inconclusos y de dudosa calidad.


Si no hay manual en papel, ¿Es un juego de verdad?

Pongamos de ejemplo el videojuego El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Un hack and slash bastante sencillito, pero que poseía unas características impresionantes: capacidad de desbloqueo y mejora de una infinidad de personajes, mapas secretos desbloqueables, o un multijugador local divertidísimo. Todo ello suma a un juego que promete horas y horas de rejugabilidad en solitario o con amigos. A día de hoy, pocos juegos han conseguido imitar estas mecánicas.


Los juegos clásicos poseían una duración finita con una historia cautivadora, funcionalidades que buscaban diferenciarse de su competencia, y no parecerse lo más posible a estos con otros gráficos. Querían conseguir que el jugador quisiera comprarse el juego y guardarlo en su estantería, no un mero proceso de descargar-jugar-borrar.


La ruptura a la monotonía productiva de clones ha mostrado su primer coletazo con el éxito de Clair Obscur: Expedition 33, juego desarrollado por un estudio formado por exempleados de Ubisoft cansados de trabajar por dinero y no para contentar al público. Volver a sus inicios como solución para un mejor futuro.


KOROSENAI



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