No cabe duda que de todo lo que llevamos de 2020 la crisis del COVID-19 es lo mas destacado a pesar de los numerosos sucesos que han ocurrido en lo que va de año, desde los incendios en Australia a principios de año hasta la información revelada por Anonymous contra la Casa Blanca.
Pero más allá de conflictos sociales y políticos, algo que nos dejará huella será la crisis económica provocada por esta pandemia ¿Pero cómo puede afectar esto a la industria de los videojuegos? Por el momento, ya han sido numerosos eventos internacionales cancelados, como el E3 de 2020, entre muchos otros.
En el caso de las telecomunicaciones, el incremento en el tráfico en redes se debe a distintos factores, que cubren desde las necesidades laborales o educativas hasta la adopción de formas online de entretenimiento. En este último campo, los juegos online están siendo una de las áreas impactadas.
Así lo señalan desde la firma de asesoría tecnológica ABI Research. Según las previsiones de esta compañía, para 2024 la facturación del gaming en la nube ascenderá hasta los 4.500 millones de dólares. Se trata de una estimación previa que la compañía mantiene, al entender que la aceleración del uso de estos servicios entre nuevos jugadores, vendría a paliar problemas de contenido y con lanzamientos recientes.
"Cuanto más tiempo pasan las personas en casa, mayor es la importancia de la transmisión OTT, los videojuegos y las redes sociales en los medios, y el entretenimiento y mantenimiento de las conexiones sociales", explica Michael Inouye, analista principal de ABI Research. "Suscribirse a un servicio de juegos en la nube es una buena opción para agregar una plataforma de juegos sin realizar inversiones significativas en el nuevo hardware de juegos".
Para que estas previsiones se mantengan, los servicios de juegos en la nube deben superar el problema de dar soporte a una mayor carga de usuarios habituales. También deben enfrentarse a la condición de dar una buena primera impresión a este nuevo público, para asegurar la conversión tras la toma de contacto inicial.
Phill Spencer cree que el impacto del COVID-19 en los videojuegos se reflejará en 2021. Al igual que en el resto del mundo, la industria del videojuego también se ha visto afectada, sobre todo en los desarrollos de nuevos títulos. Es verdad que el número de ventas de videojuegos ha podido aumentar considerablemente, pero saber que muchos de nuestros juegos favoritos se verán retrasados o que no saldrán al mercado tal y como deben, es triste.
Al igual que el desarrollo de videojuegos, las compañías y demás, la pandemia del COVID-19, ha afectado a la realización de todos los eventos. Pero no todo es negativo, ya que las consolas de próxima generación como son la Xbox Series X o la PlayStation 5, por el momento, saldrán este mismo año tal y como se indicó. Además, videojuegos como Cyberpunk 2077 no se han visto afectados por la pandemia y también saldrán al mercado en la fecha prevista. Pero cuidado, Phil Spencer avisa de que puede que no tengamos tanta suerte el próximo año.
Impacto total sobre el sector
Teniendo en cuenta los resultados de la encuesta, desde DEV estimamos el siguiente impacto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, sobre la industria española de desarrollo de videojuegos; sin perjuicio que esta estimación se tendrá que revisar según el desarrollo de la crisis.
Una pérdida directa a corto plazo de 90 millones de euros de facturación, que equivale al 11 % de lo que la industria facturó en 2018. Además, estimamos una ralentización importante en el crecimiento anual del empleo, equivalente a 500 empleos que dejarían de generarse en 2020. Recordamos que el 65 % de la facturación de las empresas productoras españolas procede de la exportación.
Si la crisis sanitaria se alargara más de 3 meses, existe un riesgo de continuidad de negocio para el 46% de la industria, es decir, 240 empresas. En este caso, estimamos la pérdida directa de un tercio de la facturación y empleo del sector, es decir, hasta 270 millones de euros y 2.300 empleos.
Las estimaciones se refieren únicamente a la industria española desarrolladora y productora de videojuegos, y no contemplan el perjuicio ocasionado en la venta de videojuegos en España por el cierre de tiendas especializadas y del estancamiento del consumo.
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