Lost in Starlight: el espacio y la música se entrelazan en un romance en formato animado.

El pasado 30 de mayo se estrenó en Netflix Lost in Starlight (Lo que le falta a esta estrella), una película de animación coreana producida por los estudios Climax Studios y Red Dog Culture House, que también trabajó en la película animada The Witcher: Nightmare of the Wolf y en la serie animada Heaven’s Official Blessing.

 La dirección de la película estuvo a cargo de Han Ji-won, guionista de la galardonada película Parásitos (2019), y fue él también quien coescribió la historia de Lost in Starlight, junto con la guionista coreana Kang Hyun-joo.

Catalogada bajo los géneros de romance y ciencia ficción, esta película animada narra la historia de amor entre Nan-young, una astronauta que está de paso en Corea, y Jay, un hombre que se dedica a reparar aparatos electrónicos y que tiene talento para la música, llegando incluso a formar parte de una banda y lanzar un sample.

Nan-young y Jay se cruzan en una Corea del 2051 por pura casualidad. Mientras él parece estar haciendo delivery de unos aparatos electrónicos, ella se tropieza con él cuando ya se ha dado por vencida de buscar a alguien que arregle su tocadiscos, el cual rompió al llegar al país. Y es que, antes de llegar a Corea, Nan-young estaba en Estados Unidos, formándose para ir a Marte en la cuarta expedición; pero, debido a que acaba de recibir las pertenencias de un ser querido que murió en la primera expedición a este planeta, Nan-young es enviada por su jefe a descansar a su país natal.

A pesar de esto, como el sueño de Nan-young es ir a Marte, no descansará hasta volver a formar parte de la cuarta expedición, avocándose a construir un detector de vida para este planeta.

Volviendo a Jay y Nan-young, Jay nota que el tocadiscos es muy importante para ella, aunque esta no lo diga, por lo que le promete arreglarlo. Eso sí, como el tocadiscos es viejo, no será fácil encontrar las piezas que necesita.

Con la excusa de arreglar el aparato y buscar sus piezas, Nan-young y Jay empiezan a quedar seguidamente. Él, desde un principio, coquetea con ella, pero ella parece reacia a formar algo serio, debido a que espera marcharse a Marte pronto. Durante sus quedadas, Nan-young descubre el lado musical de Jay, dándose cuenta de que ha escuchado una canción compuesta por él mucho antes de su primer encuentro. Tras seguir conociéndose, finalmente Nan-young decide dejarse llevar y comenzar una relación con Jay, sin dejar de descubrir cosas nuevas el uno del otro.

Si bien uno de los ejes de la película se centra en cómo se conocen los dos personajes y la relación que desarrollan juntos, también se nos narran las aspiraciones individuales de cada uno: la de Nan-young, como astronauta, trabajando para formar parte de la cuarta expedición a Marte, y la de Jay, en una lucha personal por volver a crear música y tocar con su antigua banda.

Lost in Starlight toca temas como los sueños, la esperanza, el fracaso, el éxito, el devenir, la incertidumbre y los miedos, desde tres tramas distintas que se entrecruzan entre sí. Así tenemos la trama de Nan-young, la de ambos como pareja, y la de Jay, que tiene su desarrollo un poco más tarde que las demás. Cada trama se trata con particular atención y detalle, sin que se deje nada por fuera y sin que ninguna se sienta incompleta o cortada; todas tienen el final que merecen.

En cuanto al guion, en la película no solo destaca el buen uso de las multitramas, sino también el diálogo, que todo el tiempo se da de manera natural. Esto se puede ver sobre todo cuando los personajes se están conociendo; el coqueteo y la atracción se dan de forma fluida, como pasaría con una pareja en la vida real, mientras los personajes se cuentan anécdotas propias el uno al otro. Lo que sirve no solo para crear esta naturalidad al inicio y en el desarrollo de su relación, sino también para que el espectador conozca a los personajes, tanto interior como exteriormente; sus objetivos internos y externos, y sus conflictos.

Otra cosa que se siente muy natural dentro de la película son los momentos íntimos de la pareja. Y no me refiero al sexo, sino, por ejemplo, a cuando, antes de ser algo, ambos se cuentan el origen de sus sueños, para luego, tonteando, terminar con Jay persiguiendo a Nan-young después de ir por un refresco. O cuando ya son pareja, y ambos están comiendo una tarta en forma de planeta, en el suelo, tapados por el futón y las almohadas. A lo largo de las interacciones de ambos dentro de la película, podemos ver que, a pesar de sus altibajos, su relación es sana, se quieren y aprecian un montón, y si alguna vez se hacen daño, es sin querer.

Algo que llama particularmente la atención en Lost in Starlight son los paisajes y el uso de los colores en las diferentes escenas. Con respecto a los paisajes, esto se debe a que muchas escenas suceden al atardecer, quizás porque es el momento en que la luz y la oscuridad se encuentran. Como dice el propio Jay: “La luz y la oscuridad son inseparables”, refiriéndose no solo a una luz y una oscuridad personal, sino también a él y a Nan-young: ella simbolizada como la luz y él como la oscuridad.

Por otro lado, tenemos el uso del color. Así como hay escenas en total amarillo, simbolizando la esperanza, la alegría y el optimismo, también hay otras completamente en azul, quizás un poco más nostálgicas y distantes. Lo interesante es que, en las escenas de total azul, siempre hay algún elemento de color amarillo que destaca, reforzando la frase de Jay. Pero también, si tomamos como significado del color amarillo la esperanza, se refuerza la idea de que, por oscura que sea la situación, hay —valga la redundancia— esperanza. Este mensaje no solo es para el espectador, sino también para los personajes: hay esperanza para que Nan-young logre su sueño de ir a Marte, para que Jay logre dedicarse a la música, para que su relación perdure y para que Nan-young vuelva sana y salva del espacio.

Otro color que se muestra recurrentemente en escena es el fucsia, que nos comunica la audacia de ambos personajes y, en el caso de Nan-young, el no tener miedo a destacar.

En lo particular, esta es la primera vez que veo contenido de animación coreana y me ha sorprendido gratamente, sobre todo a nivel visual y de historia. Creo que Lost in Starlight es una excelente película para iniciarse en la animación coreana, te guste o no el género del romance, pues es fácil conectar con las historias individuales de los personajes. Si le das una oportunidad, esta película te sorprenderá para bien, e incluso es posible que te llegue a emocionar al punto de robarte alguna que otra lágrima.