Reflexiones para 2023.

¡Saludos desde Madrid! ¿Cómo están? Escribir este artículo es la definitiva prueba de que no me ha tocado la lotería, pero también es una gran forma de cerrar este año 22 compartiendo con ustedes un pequeño rato de reflexiones para el nuevo año.
1 Renovarse o morir.
Vale que la pandemia ha roto muchos planes, pero creo que es un hecho ampliamente aceptado ver cómo la industria del videojuego está encauzada cada vez más hacia continuar sagas interminables, remakes, adaptaciones, reworks, etc.
Con gusto he empezado a descubrir que encuentro más satisfacción y relax en juegos de bajo presupuesto y de estudios independientes que en los proyectos Triple A cada vez más repetitivos y más forzados. Obviamente no se trata de infravalorar trabajos como la franquicia AC, CoD o Total War (por poner varios ejemplos) sino de explorar otros proyectos más económicos y que ofrecen otro tipo de experiencias.
2 Calidad y no cantidad.

Basta de una feria de temática japonesa por mes o cada dos meses. Estamos hartos de que el IFEMA se llene todos los meses con escaparates de merchandising falso y fideos a 5€. Los que viven en la capital o inmediaciones han visto cómo este modelo se está dando de bruces contra un muro de hormigón armado y los que viven lejos, ven como grandes compañías les devoran sus eventos más humildes pero de una calidad absolutamente mayor.
La reflexión es de cajón, necesitamos eventos que de verdad trabajen la temática que publicitan, y no ver un mejunje de cosas “frikis” que tienen su encanto, sí, pero convierten las ferias en una suerte de rastrillo para ricos. Sí, para ricos, porque parece que las figuras falsas las hacen en el centro de Kiev a esos precios.
3 No hay que ser los primeros ni los mejores.
Los juegos, como todo, se han encarecido a un nivel insultante. Sabes que menos de 80€ en un lanzamiento nuevo, es raro que no te los dejes. Paciencia, usad la segunda mano, alquila, wallapop, esperad ofertas. Basta de dejarse los ahorros cuando se puede coger el mismo producto a menos precio sólamente esperando unas semanas. A su juicio queda. Yo lo tengo claro.
Y sobre todo la base de un videojuego es pasar el rato y divertirse, no merece la pena tanta toxicidad y mala leche cuando todo se arregla pulsando el botón “encontrar partida” de nuevo. Diviértete, socializa, no te va a dar de comer ningún juego.
4 Delenda est Andorra

“Andorra debe ser destruida” diría el Senador Catón. Todos, desde los más veteranos a los más jóvenes, pasamos mucho tiempo conectados a plataformas como Youtube o Twitch que han terminado imponiéndose a la televisión.
Todos los días podemos conectarnos para aprender de cocina, música, arte, ver videojuegos, ciencia, noticias,sesiones de estudios conjuntas, ver viajes, y una larga lista que no terminaría hoy, y se va acercando la Navidad, hay que irse.

Debemos empezar a pensar que no todos los personajes de estas plataformas son moralmente aceptables y que tampoco están emocionalmente estables. No se puede llamar crack a los que enaltecen los abusos, o a los que tienen pleitos con hacienda, de la que salen corriendo(así como de su país) por amasar más dinero. Vivimos en una sociedad cada vez más interconectada, nadie, ni el más ermitaño de los ciudadanos, se hace a sí mismo ni puede vivir al margen del mundo. Casualidad que los que lanzan esos mensajes son los que tienen cita en el juzgado o tienen una línea de crédito de plataformas audiovisuales y son meramente productos para atraer público. Lo vuelvo dejar a su juicio y como antes, yo lo tengo muy claro.
5 La última y más importante…
Espero que estas breves líneas les hayan sido de agrado y reflexión para este nuevo ciclo del calendario. Por mi parte, toca finiquitar el AC Valhalla.
Feliz Navidad, pasen buenas fiestas, mucho cuidado al volante, sean felices, y mis mejores deseos para el 2023.
