Por Mandalore! (Parte 2) Is this the way?

Ba'jur bal beskar'gam, Ara'nov (La educación es mi armadura) fragmento del poema Resol´nare
La cultura mandaloriana y sus tradiciones, son más antiguas que la vieja (y caduca) República (viva el Imperio Sith ejem ejem…). Desde su mismo auge los Taung, especie predecesora de los mandalorianos, se dedicaban a superarse en combate en busca del reconocimiento y el honor.
Una vez encontraron su espacio en la Galaxia, su naturaleza les hizo desafiar cualquier vestigio de poder ajeno a ellos, y en algunos casos salió bien y en otros, golpe de remo. Pero no hay duda que tanto en la victoria como en la derrota, los mandalorianos respetaban la fuerza de sus rivales y rendían honores al ganador, incluso a costa de su propia vida (larga vida a los espartanos de Star Wars joder).
Aliit, Mando'a (autodefensa, nuestra tribu) fragmento del poema Resol´nare

Hay un punto en la historia de Mandalore, en el que se cruza una línea que transforma la cultura de la batalla en una religión, en la creencia que dos Dioses Arasuum (El perezoso) luchaba en un conflicto eterno contra Kad Ha´rangir (El destructor) en una suerte de paraíso donde se establecía un equilibrio gracias a esta batalla y era el único sitio donde los Mandalorianos podían establecerse de manera perpetua. Era una creencia muy primitiva y cuando los distintos clanes hubieron tomado conciencia del potencial que tenía este pueblo, comenzó a extenderse la idea de que eso del paraíso era más bien algo terrenal, y que no hacía falta morir para verlo (en el fondo les gustaba ganar y no palmar en la batalla).
El concepto que nace de esta idea, es el “Manda”, es decir trabajar y vivir por la comunidad, creando una coexistencia única en la que todos los mandalorianos funcionaban como un alma sola. Culturalmente es un concepto absolutamente desinteresado, que requería del conocimiento y la comprensión de la cultura. De hecho este concepto es el que mantiene vivo a este pueblo incluso en sus peores momentos y de más división, porque al final, sufren y viven como uno solo.
bal Mand'alor (nuestro idioma y nuestro líder) fragmento del poema Resol´nare
¿Y cómo se podía medir si un mandaloriano era bueno? Según el honor que trajera a su clan, y evidentemente se medía, no solo en la batalla, sino en la superación diaria. Inicialmente se medía en cuatro principios: