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Las Guerras Clon: dignifiquemos la dinastía del mal.



“En el fondo era bueno... lo sé... sé que lo era.”


Este post no dejará indiferencia, ya que nos salimos un poco del Universo Expandido y nos metemos de lleno en el corazón de la saga, para ser exactos en la línea temporal que va desde el Episodio II al Episodio III.


Lo mejor que pudo hacer Disney con los derechos de LucasFilms fue despedir al propio George Lucas, que venía en una deriva de alucinaciones que solo tenían sentido en su cabeza. El problema es que Disney llegó tarde para evitar el daño.


Nos encontramos (antes de hablar de las Guerras Clon) en el Episodio III; le damos un final bastante pobre al Conde Dooku y presentamos a una suerte de General droide asmático (Grievous, el primero de su nombre). Nos situamos en los últimos coletazos de una guerra que ha pasado por varios años y muchísimas fases que tenemos que creernos porque no hemos visto nada.


Venga va, uníos a mi y vamos a seguir el cuento. El Conde Dooku, tras estar al tanto de todo y llevar años destripando a la República, era prescindible (pobre Saruman, no le quiere nadie).

Darth Sidious, por si alguno a estas alturas no lo sabía, es el Canciller Supremo; es heredero de un Lord Sith que podía controlar a los midiclorianos (forma de vida comodín sacada de la manga, pero que nos vale) y controlar el ciclo vital de los seres vivos del universo. Se lo cuenta así a Anakin, en plan tentación diabólica, porque es un Jedi muy poderoso pero no se ha enterado de que le están comiendo el tarro. El caso es que no queda muy claro si las visiones de la muerte de Padme (al igual que las de su madre) son provocadas o se aprovecha de ellas, pero el caso es que no se le dedica ni un minuto a explicar si Darth Sidious tiene algo que ver.


Bueno, aquí solo el malo es consciente de todo y tiene carta blanca para destruir, que para eso es el malo. Los Jedi, haciendo gala de su pedrada mental, no detectan que ahí, delante de ellos, hay una mujer embarazada del Elegido y que... ¡premio! Viven juntos. Solo Obi-Wan se entera y cuando ya hay que extirpar (putísimo crack).


“El velo del Lado Oscuro, caído ha.”