En este nuevo post sobre sagas cinematográficas, voy a analizar la trilogía “Taken”. Como es costumbre en muchos títulos, la traducción del original no guarda ninguna relación con el que nos llega a la gran pantalla y es que, en este caso, “Taken” ha sido traducido como “venganza”.
Esta serie de producciones francesas gira en torno a la figura de Bryan Mills (Liam Neeson), agente jubilado de la CIA, y su familia que, por una u otra razón, siempre se ven salpicados por el antiguo trabajo de su padre. Cabe destacar que también salió una serie de televisión con el mismo nombre, pero de la que no voy a mencionar nada.
La primera película de esta saga fue estrenada en 2008 bajo el simple título de Taken que, como ya pregonaba en el párrafo anterior, se tradujo como venganza. El largometraje comienza con Bryan Mills visitando a su hija Kim. Ahí descubrimos que se ha separado de su mujer (Leonore) y que esta ha rehecho su vida con un millonario llamado Stuart. La trama avanza cuando Kim le pide a su padre biológico un permiso para ir a Paris con su amiga Amanda ya que, al ser menor, no puede salir de los Estados Unidos sin su consentimiento. No sin pocas reticencias, Bryan aceptará y es cuando comenzará la verdadera película.
Al llegar a la capital gala, Kim y su amiga conocen a un joven con el que, con bastante poca cabeza, deciden compartir un taxi. Esta persona resulta ser un miembro de una banda albanesa dedicada a la trata de blancas entre otras cosas. Al tener la dirección de la casa de Paris de las dos jóvenes norteamericanas, avisa a sus compañeros para iniciar el secuestro de la nueva mercancía. Aquí se producirá uno de los momentos más inverosímiles de la película, ya que Kim observa, mientras habla con su padre por teléfono, como secuestran a Amanda en una escena un tanto forzada. Es tan superficial que cualquiera diría que le importa un pimiento su amiga.
Con su hija secuestrada, Bryan entra en acción y vuela directo a París después de informar a Leonore y Stuart. En París lo primero que hace es encontrar al joven que había captado a las dos ingenuas jóvenes y, tras una corta persecución, este acaba muerto al ser atropellado. Perdida su única fuente de información, Bryan acude a un antiguo aliado francés. Este le da un poco de información y la advertencia de que no destroce París. Como es natural, esta advertencia cae en saco roto.
Después de seguir varias pistas y eliminar a unos cuantos albaneses por el camino, Bryan encuentra a los secuestradores de Kim y de paso descubre que Amanda ha muerto. Aquí ya os anuncio que a nadie le importa esta muerte. Volviendo a la trama, Bryan mata a todos los secuestradores salvo a Marko. Después de torturarlo, este le desvela que su hija ha sido vendida. Como recompensa por la información, el bueno de Bryan decide electrocutarlo hasta la muerte.
Ya en la nueva localización Bryan observa como venden a su hija al sicario de un jeque árabe. Estos señores se llevan a Kim al yate del jeque, el cual será debidamente abordado por nuestro protagonista, que no tiene ningún remordimiento en eliminar a toda la tripulación. Con Kim a salvo, ambos regresan a los Estados Unidos. En estas escenas finales es bastante llamativo el cambio de actitud de Leonore, que ahora parece apreciar mucho más a su exmarido y eso tendrá relevancia en las siguientes entregas.
En 2012 llegó a los cines la secuela de venganza, titulada Taken 2 o, en nuestro caso, Venganza 2: Conexión Estambul. En esta ocasión, Leonore tiene problemas matrimoniales con Stuart y parece sentirse “más cómoda” en presencia de Bryan. Ya me entendéis. Siguiendo con la trama, Bryan tiene un trabajo como agente de seguridad privado en Estambul y ofrece a su hija y exmujer que vengan a visitarlo cuando lo acabe.
En la otra cara de la moneda tenemos al mafioso albanés Murad, padre de Marko, quien inicia una investigación para descubrir la identidad y paradero del asesino de su hijo. Finalmente lo localiza en Estambul en el momento preciso en el que Bryan recibe la visita sorpresa de su exmujer e hija.
Con el argumento servido, es hora de ejecutarlo. Bryan y su mujer son capturados mientras que Kim logra zafarse de los inútiles que envían a por ella. El exagente de la CIA logrará escapar con una ligera ayuda de Kim y abandona a Leonore, que está semiconsciente, para ayudar a su hija que en ese momento estaba siendo perseguida por los albaneses. Después de rescatar a su hija, vuelve a por su mujer pero se da cuenta de que se la han vuelto a llevar.
Su nuevo plan pasa por dejar a su hija a salvo en la embajada estadounidense para luego centrarse en su exmujer. Cumplido lo primero, ahora nuestro protagonista se dedica a encontrar a Leonore, cosa que naturalmente consigue y de paso se carga a unos cuantos albaneses por el camino, Murad incluido. Después de esto, toda la familia vuelve feliz a Estados Unidos.
No he querido ser más extenso con la sinopsis de esta película porque repite el patrón de la anterior, sin embargo, esta nueva entrega peca de demasiadas inverosimilitudes que impiden al espectador introducirse de pleno en la película. La primera la encontramos cuando son secuestrados Bryan y Leonore. En un momento en el que un mafioso apunta con una pistola a Leonore y a su vez, Bryan y otro albanés se apuntan mutuamente, sucede lo siguiente. Los albaneses permiten a Bryan sacar su teléfono, llamar a Kim, tranquilizarla y darle instrucciones para zafarse de los sicarios que la persiguen. Sencillamente inverosímil.
Otro gran momento es cuando Bryan le dice a Kim que tire granadas indiscriminadamente por la ciudad para localizar el sitio donde lo tienen secuestrado en base al tiempo que tarda en llegar el sonido de la explosión a su localización. Un método que, aunque ingenioso, dudo que haga mucha gracia a los afectados por los numerosos daños que causan las granadas. Igualmente absurdo es que veamos a Kim, sin apenas saber conducir y sin carnet, protagonizando una huida a velocidad de vértigo. Huida que finaliza cuando los albaneses son arrollados por un tren y antes de llegar a la embajada de Estados Unidos a la cual, y sin saber por qué, deciden entrar arrasando el acceso principal siendo acribillados en el proceso. ¿No hubiese sido más lógico parar y entrar andando si ya no había peligro? Por lo visto no.
Un último momento, de los muchos que tiene esta película, que me gustaría señalar es el buen giro de guion que podría haber sido pero no fue. Hacia el final de la película, Bryan está dispuesto a perdonar la vida de Murad si le promete dejar de buscar venganza. En una conversación vaga y rápida, Murad se queja de no tener venganza por su hijo y Bryan le dice que piense en las vidas que su hijo destrozó por la trata de blancas. Este argumento no convence a Murad y, tras intentar eliminar a nuestro protagonista, muere cerrando de esta forma el predecible final de la película. Una pena la verdad, un final no sangriento habría dado el golpe de efecto que tanto necesitaba este largometraje.
La última entrega vio la luz en 2014 bajo el título de V3nganza o Venganza 3 (Taken 3 en inglés). La película comienza presentándonos a Oleg Malankov, un mafioso que va en busca de alguien que le debe dinero. En el siguiente plano volveremos a ver a una Leonore que sigue teniendo problemas matrimoniales, solo que esta vez confiesa ante Bryan que vuelve a sentir algo por él. Como era de esperar, no podían irle bien las cosas a nuestro protagonista, su exmujer es asesinada en su casa y le tratan de inculpar a él.
Aquí entramos ya en el clásico guion de “búsqueda de la verdad” que muestran otros largometrajes como The Shooter u Objetivo: Washington. Bryan logrará escapar de la policía y, con la ayuda de sus amigos, empezará su particular cruzada para limpiar su nombre.
Paralelamente, el inspector Frank Dotzler es asignado al caso y ya desde el principio intuye que su principal sospechoso es inocente, pero debe cumplir con su deber. El argumento prosigue con sucesivos intentos de captura de Bryan por parte de la policía, quien irá aprovechando estos encontronazos para ir soltando pistas, como una grabación en la que secuestran a su exmujer, que le exculpen del asesinato de Leonore.
Por su parte, Kim informa a su padre de que Stuart actúa de manera extraña y nuestro protagonista decide investigarlo. Al poco de empezar a seguirlo en coche, otro vehículo conducido por sicarios rusos le embiste y lo echa de la calzada. Creyéndolo muerto, los mafiosos se retiran pero al poco son alcanzados y eliminados por Bryan. Minutos después, el protagonista secuestra e interroga Stuart, quien revela que el asesino de su esposa es Malankov por las deudas que tiene con él. Bryan, con ayuda de sus amigos de la CIA, Kim y Stuart, se infiltra en el apartamento de Malankov y lo elimina, pero justo antes de morir, el mafioso ruso le dice a nuestro exagente que Stuart le ha engañado y se la ha jugado a los dos. En ese momento, Stuart secuestra a Kim y trata de huir de la ciudad en avión pero Bryan se lo impide y en vez de matarlo, deja que la policía haga su trabajo. Fin.
Esta última película de la saga supone un soplo de aire fresco al cambiar el guion de “secuestro” a “conspiración”. No obstante, tiene un enorme problema y es la elección del actor de Stuart, que cambia de Xander Berkeley (Venganza 1) a Dougray Scott (Venganza 3). Son profesionales que se llevan entre sí diez años (a favor de Berkeley) y que no se parecen en nada. Es más, el Stuart de esta última entrega parece considerablemente más joven que el del primer largometraje.
Por otro lado, la obsesión de Bryan por la seguridad parece haberse desvanecido en esta entrega, ya que se deja la puerta de su domicilio abierta, lo cual rompe totalmente la caracterización del personaje.
En definitiva, la saga Venganza nos ofrece a un Liam Neeson convertido en exagente de la CIA que es capaz de hacer lo que sea por su familia. Si bien las dos primeras entregas son bastante parecidas, siendo la segunda un cúmulo de inverosimilitudes que incomodan la inmersión en la historia, la tercera trata de renovarse aunque no innova nada en absoluto. Por lo general, resultan entretenidas de ver pero lo cierto es que tienen un despliegue de guion predecible de principio a fin. Abogan más por ofrecer al espectador unas buenas dosis de acción que de suspense. Si eso es lo que buscáis, dadle una oportunidad a esta trilogía. Si por el contrario queréis una trama más elaborada que os sorprenda, esta saga no es para vosotros.
Un saludo.
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