Kingsman: Servicio Secreto (parte 1).

Hola, queridos lectores. El post que os traigo hoy está dedicado a la primera película de la saga de espías Kingsman, estrenada en el año 2014 y basada en los cómics homónimos. El hecho de estar plagada de acción y tener gran cantidad de toques cómicos, ha hecho que esta película se haya convertido en el inicio de una de las mejores sagas de acción actuales.
La película nos cuenta la historia de Eggsy, un joven barriobajero y con un alto sentido de la moral, que es reclutado por un espía de la agencia británica Kingsman. Este agente, de nombre en clave “Galahad”, fue un antiguo compañero de trabajo del padre de Eggsy, el cual dio su vida en una misión. La película nos cuenta cómo Eggsy, buen macarra pero mejor persona, compite junto con 8 compañeros para conseguir el puesto en Kingsman del fallecido agente Lancelot. La película también nos presenta cómo se va fraguando el vínculo entre Eggsy y Harry (AKA Galahad), así como la creciente amenaza al orden mundial por parte de Richmond Valentine, quien esconde un malvado plan tras su máscara de millonario y filántropo. Sólo añadiré que esta reseña estará plagada de spoilers, así que manos a la obra.
La primera escena nos muestra a cuatro agentes de la agencia asaltando una base terrorista en Oriente Medio, con la misión de atrapar a su líder e interrogarlo. El problema surge cuando el terrorista destapa un granada de mano con la intención de inmolarse sin testificar. Antes de poder hacer nada, uno de los agentes salta sobre la bomba, evitando así la muerte de sus compañeros. Ya en esta escena podemos ir escuchando los nombres en clave de los agentes: Lancelot, quien pierde su vida por salvar las de los otros tres; Galahad, quien es apartado por Lancelot momentos antes de que estallara la granada; Merlín; y otro agente sin identificar, el cual es un aspirante a entrar en Kingsman, quien hereda el nombre en clave de su compañero fallecido.
Debido a que el antiguo Lancelot tenía mujer y un hijo, Galahad siente que es su deber darles a ambos el pésame. Cuando la mujer recibe la noticia de la muerte de su marido no quiere saber nada de Galahad, rechazando incluso su ayuda. Sin embargo, el espía se acerca al pequeño Eggsy y le da a él la llave que en un futuro le permitiría entrar en Kingsman: una pequeña insignia con el símbolo de la agencia de inteligencia. Si necesitan algo, solo tendrán que llamar al número que hay por detrás y decir “Oxford sin picado”.
Años después, vemos cómo la vida no les ha sonreído mucho a madre e hijo: ella, a causa de la depresión causada por la muerte de su esposo, se ha casado y ha tenido una hija con un maltratador; mientras que él no trabaja, habiendo dejado la academia militar, y siendo un joven que sólo piensa en salir con sus amigos y divertirse a costa de las constantes peleas con el sobrino de su padrastro.
Es de esta manera como, después de robar el coche al sobrino, es arrestado por la policía y llevado a comisaría. Es allí donde el joven hace uso de la medalla, la cual siempre lleva colgada al cuello; hace una llamada y, misteriosamente, le dejan salir sin ningún problema. A la salida, un mucho más veterano Harry le está esperando con la intención de presentarle como candidato para el puesto de Lancelot, el cual escenas antes vimos que fue asesinado por Gacelle (la guardaespaldas de Valentine) mientras intentaba rescatar al profesor James Arnold, pieza más bien clave para el plan del multimillonario. Después, Harry lleva al joven a la sastrería Kingsman, ubicada en el centro de Londres. Desde allí, y mientras le explica exactamente a qué clase de agencia de inteligencia pertenece, le lleva a una mansión a las afueras de la ciudad donde, junto con otros 8 aspirantes, se jugará el puesto del anterior agente. Al llegar, sólo Roxy le mostrará su amistad frente al desprecio de los demás compañeros, especialmente el de un pijo redomado como Charlie (ya os voy adelantando que muy bien no os va a caer).

Mediante varias pruebas (reacciones en situaciones límite, salto en paracaídas y prácticas de francotirador entre ellas) los aspirantes van cayendo poco a poco, hasta el punto en que solo quedan Eggsy, Charlie y Roxy.
Las dos últimas pruebas son las que, para mí, terminan por definir a los tres personajes. La primera de ellas, que consiste en seducir a una joven en una fiesta, se convierte en una prueba de lealtad a Kingsman: los aspirantes resultan ser drogados y atados a unas vías de tren. Para poder ser soltados por su captor y evitar ser atropellados, deben decirle qué es Kingsman y quién los propuso para el puesto. Eggsy renuncia a decir nada, por lo que el tren pasa por encima suya. Sin embargo, descubrimos que esta era la verdadera prueba de la noche: saber si serían lo suficientemente leales a la causa como para no decir nada aún estando en peligro de muerte.

A Eggsy le vemos pasarla sin apenas problemas, y después sabemos que Roxy también la ha superado con creces. Sin embargo, Charlie, vencido por el miedo a morir, desvela todo lo que sabe. Aún así, no es desatado. Cuando todo pasa, es eliminado del proceso de selección (sí amigos, la vida es dura).
La siguiente prueba es la decisiva: Eggsy deberá disparar a JB, el carlino que le ha acompañado durante todo este tiempo (en la película vemos el vínculo que se formará entre ellos). Incapaz de hacerlo, Eggsy baja el arma, por lo que es expulsado del proceso y se va de la mansión, robando de paso el taxi que le llevará a casa.
Durante todo el proceso de selección, Valentine ha ido entretejiendo su plan: regalará millones de tarjetas SIM con datos e Internet ilimitados, las cuales emitirán una señal a todas las personas que estén en el radio de la señal, haciendo que se maten entre ellos y reduciendo así la poblacion mundial (así es, al más puro estilo Thanos). Sin embargo, Valentine diseña un pequeño transmisor que evita que las personas que lo lleven implantado (debajo de la piel, justo detrás de la oreja) sufran las consecuencias de las tarjetas. Kingsman advierte, gracias a Harry, que el multimillonario planea hacer algo en una iglesia en Estados Unidos. Al llegar allí, Galahad se verá afectado por los efectos de las tarjetas, matando a todos los fieles que se cruzan por su camino. Aunque es una escena bastante sangrienta, es crucial para el desarrollo de la película, pues aparte de que aquí descubrimos el verdadero plan de Valentine, y es una de las mejores escenas de acción de todo el filme. Tristemente, al salir de la iglesia, Harry es disparado a bocajarro por Valentine en la cabeza.
Ahora, sólo falta que Richmond ponga en marcha su plan. Eggsy, habiendo sido testigo de todo esto, va a hablar con Arthur, líder de Kingsman. Sin embargo, el joven descubre a través de la cicatriz del implante que Arthur forma parte del plan de Valentine. De repente, y aunque Arthur había envenenado la copa de Eggsy para quitárselo de enmedio, este, con gran astucia, intercambia las copas, eliminando así al corrupto jefe de Kingsman, que muere por envenenamiento.
Rápidamente, y con las noticias en la mano, Eggsy acude a Merlín y a Roxy, actual agente Lancelot, para evitar que Valentine se salga con la suya. Después de averiguar dónde está la base del millonario, Eggsy se hace pasar por Arthur con la intención de desactivar el aparato que pondrá en marcha las tarjetas.

Mientras tanto, Roxy disparará a uno de los satélites de la red Valentine para poder así ganar tiempo.
Desafortunadamente, las cosas no suceden tal y como el trío planea, pues el plan se pone en marcha antes de lo esperado. Poco a poco, todas las personas del mundo empiezan a matarse unas a otras. Como cierre de película podemos disfrutar de una magnífica pelea entre Gacelle y Eggsy, la cual acaba con la victoria del joven aspirante a Kingsman. Finalmente, aún a costa de muchas vidas, consiguen detener el plan de Valentine, y Eggsy consigue entrar en Kingsman.
Personalmente, pienso que esta película merece todos los elogios recibidos, pues cuenta con todos los ingredientes necesarios para ser una de las mejores películas de acción de los últimos años:
En primer lugar, los actores que conforman el reparto no podrían haber sido mejor escogidos: encabezado por la magnífica actuación de Taron Egerton (Canta, Rocketman), quien encarna a nuestro protagonista Eggsy, le siguen varios actores de renombre internacional tales como el increíble Colin Firth (Mamma Mía, El discurso del rey) con su inigualable estilo de caballero inglés en el papel de Harry Hart; Michael Caine (El Caballero Oscuro, El truco final) como Arthur; y Mark Strong (Robin Hood, Sherlock Holmes) como Merlín. Cabe destacar la presencia en forma de cameo de nuestro querido Mark Hamill (Star Wars: Una Nueva Esperanza) como el profesor James Arnold. La interpretación de este elenco de actores hace que esta película se haya convertido en una obra maestra del cine actual.
La banda sonora creo que no podría haber sido mejor. Compuesta por Henry Jackman (Kick-Ass, X-Men: Primera generación), cada pieza encaja perfectamente con lo que está sucediendo en pantalla, haciéndonos partícipes de la acción, de los momentos tensos y los más divertidos. Porque sí, amigos y amigas, un identificador de este inicio de saga son los chascarrillos y las bromas en el momento correspondiente.
Además, la música juega un papel más que crucial junto con los movimientos de cámara. Si por algo esta película dio el bombazo al estrenarse en taquilla fue precisamente por los ángulos en los que están grabadas las escenas de acción. Muchos de los golpes han sido grabados a velocidad más lenta mientras se enfoca aquello que se quiere remarcar, y muchos de los movimientos de los actores se han acompañado por completo por la cámara.
Para ilustrar esto con un ejemplo, aquí abajo os dejo la primera vez que vemos a Harry en acción:
Por cierto, que casi se me olvida: como no podría faltar en una buena película de espías, nuestros agentes visten elegantemente, pero esto no les frena a la hora de utilizar mil y una herramientas y tecnología punta para el cumplimiento de su deber: gafas con hologramas y reconocimiento facial, relojes con dardos amnésicos, anestésicos e incluso mortales; zapatos con cuchillas envenenadas incorporadas para la lucha cuerpo a cuerpo; anillos con dispositivos de descargas eléctricas, granadas de mano ocultas en mecheros e incluso paraguas antibalas y con modo disparo. Todo (o casi todo) lo que se os pueda pasar por la cabeza en cuanto a gadgets se refiere, Kingsman ya lo ha inventado.
Para ir finalizando, me gustaría dar mi humilde opinión sobre ella: para todos aquellos a quien os guste el género de espías, esta obra le da una vuelta de tuerca maravillosa. Juega con la concepción que tenemos todos del elegante James Bond y lo gira 180°, dando como resultado un personaje como Eggsy: canalla y macarra, pero con buen corazón y honrado.
En definitiva, como ya he dicho antes, una gran película merecedora de todo lo que ha conseguido. Sólo queda añadir:
“Los modales hacen al hombre”

PHOENIX