Disfruté hace meses de una historia, un relato sobre jugadores y apuestas, en un cara o cruz, en la vida misma. Hoy voy a hablaros de Bakuman.
Los creadores de Death Note hicieron allá por el año 2008 un manga en el que explican su experiencia al haber escrito Death Note en la Jump, convirtiéndose así en uno de los más fuertes pilares de esta revista tan emblemática. Es verdad que se toman licencias creativas para embellecer un relato que no destaca por su premisa, y que tiene mucho en contra desde un principio al no pertenecer a un género tan conocido y/o amado; pero por es increíble el cómo construyen tensión y alegría a partir de algo que puede ser cotidiano y anodino si está mal manejado.
La obra nos cuenta la vida de Mashiro Moritaka y de Takagi Akito, dos chicos de 14 años que deciden hacerse mangakas cada uno por distinta razón; Mashiro por la promesa que le hizo a Azuki Miho (su amor platónico) y Takagi porque está cansado del estudio por la presión materna que siempre sintió desde pequeño. Los dos chicos, bajo el lema "Uno no es mangaka hasta que puede vivir de sus obras, hasta entonces hay que apostar", intentará abrirse paso en un mundo lleno de excéntricos creadores y editores que compiten para llegar a lo alto.
Acompañaremos a estos protagonistas durante 10 años de su vida, viendo su esfuerzo y encariñándonos con ellos; mientras a su vez un plantel de personajes (bueno en abundancia y el carácter de estos) se meten en pantalla para mostrarnos lo que es vivir por y para un sueño con esfuerzo y sacrificio; enfrentándose a nuestros protagonistas, y a la vez ayudándoles y motivándoles con sus victorias y derrotas (esto es un buen rival).
Durante esta década, el margen de crecimiento y desarrollo de personajes es inmenso y está bien llevado; ya que presenciamos con el paso del tiempo el cambio de mentalidad y madurez que sufre cada uno con esa delicadeza en la que evoluciona cualquier persona que está entrando en la madurez, sin presentar un cambio brusco y sin caer en los mismos errores o tramas que cada uno superó con anterioridad gracias a esa experiencia ganada por cada uno.
Como buen slice of lifes, cada apartado de la vida de los personajes se ve reflejado en la evolución orgánica de estos mismos; y como grandioso shounen, la meta es clara y luchan por ella encontrándose con personas con sus mismos fines y en los que se apoyan.
En definitivas cuentas, hay emoción en cotidiana y un esfuerzo en la historia, un sueño por cumplir y gente a la que ayudar y apoyarse, una buena rivalidad y un mérito conseguido a base de esfuerza, una buena historia de amor y la evolución que es la adolescencia.
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