El verano en que Hikaru murió: terror, pérdida e identidad en un anime queer.
- ASTER
- hace 3 horas
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El pasado 5 de julio se estrenó en Netflix El verano en que Hikaru murió, un anime de terror, juegos psicológicos y drama, con trasfondo queer, adaptación del manga homónimo de Mokumokuren. La serie está dirigida por Ryohei Takeshita y producida por el estudio CygamesPictures.
Este anime, que en el momento en que se escribe este artículo posee 4 capítulos de un total de 12 para su primera temporada, aborda desde el terror temas como la pérdida de un ser querido, la incapacidad de dejarlo ir después de la muerte y la complejidad de la identidad del individuo.
El verano en que Hikaru murió empieza su historia, valga la redundancia, con la muerte de Hikaru en circunstancias desconocidas. El anime nos muestra a un Hikaru tirado, sangrando en medio de un bosque, mientras pide ayuda; parece que nadie lo escucha y va a morir solo, cuando de repente, ante él, aparece una especie de membrana monstruosa que envuelve su cuerpo.
Tras esta inquietante introducción, la serie se traslada seis meses después de la muerte de Hikaru, a las afueras de una tienda de conveniencia en un Japón rural. Allí, el mismísimo Hikaru y Yoshiki, su mejor amigo, conversan y toman una especie de polo. Yoshiki —quien, podemos notar por sus ojeras y su rostro, no se encuentra bien— se arma de valor y le confiesa a Hikaru saber que, a pesar de cómo luce y habla, y de lo que todos los demás piensan, él sabe que no es Hikaru. El aludido, sorprendido de ser descubierto, le revela a Yoshiki lo que lleva dentro: una especie de membrana líquida y oscura con conciencia propia, conocida como Nonuki.
A pesar de que, tras descubrir la nueva identidad de Hikaru, Yoshiki parece estar al borde de un ataque de pánico, este le promete no revelarle a nadie su secreto. Pues, a pesar de tenerle miedo a la entidad que ahora habita dentro de su mejor amigo, anhela y desea mantener a Hikaru a su lado. En palabras del propio Yoshiki: «Aunque no sea él, prefiero que se quede».

El verano en que Hikaru murió nos habla sobre el luto y la incapacidad de aceptar que las personas que se han muerto ya no están, temáticas que recaen especialmente sobre el personaje de Yoshiki, quien, a pesar de tener de nuevo a Hikaru en su vida, constantemente sufre por su muerte: tiene pesadillas y debe tomar pastillas para poder dormir. Hikaru está y, a la vez, no está a su lado, porque Yoshiki sabe que el Hikaru que él conocía murió, y este nuevo Hikaru solo le recuerda constantemente esa ausencia.
A pesar de esto, Yoshiki se aferra al nuevo Hikaru. Aunque su naturaleza es distinta y en repetidas ocasiones trata de alejarlo de él, le es imposible debido al apego emocional y al dolor que siente por su amigo, incluso si ahora Hikaru puede suponer un peligro para su vida. Yoshiki prefiere tener a un desconocido que ha suplantado la identidad de su amigo a su lado, antes que volver a perderlo.

Sobre la identidad, este anime nos lleva a cuestionarnos qué significa exactamente este concepto, pues el actual Hikaru luce, habla y actúa como el Hikaru que ha muerto, y también conserva sus recuerdos, pero es un Hikaru distinto al de antes de morir. Nadie, ni siquiera sus padres, parece darse cuenta de que no es él mismo, y la única persona que nota su cambio es Yoshiki, gracias a sutiles comportamientos que quizás para otra persona no significan nada, pero para Yoshiki lo significan todo.
Entonces, ¿qué es la identidad? ¿Son nuestros recuerdos? ¿Nuestra forma de actuar? ¿Nuestros sentimientos hacia los demás y lo que nos rodea? El mismo Nonuki confiesa en un momento no saber si parte de sus sentimientos son propios o de Hikaru, como si se entremezclaran. La serie nos hace reflexionar sobre si la identidad es una esencia fija o una construcción basada en la percepción, la memoria y los lazos afectivos. ¿Hikaru sigue siendo Hikaru, aunque parte de él también sea Nonuki?

Además de la identidad, otro aspecto destacable que toca este anime es el tema queer, que, aunque no se presenta como el tema central de la historia, resulta clave dentro de ella. Si bien la serie no está catalogada como un BL (Boys Love), su autor ha confesado a través de Bluesky que la historia no necesita desarrollar un romance explícito para ser considerada queer.
Es evidente que la relación de Yoshiki y Hikaru va más allá de una amistad. Hikaru constantemente le pregunta a Yoshiki si se le va a declarar, lo que me hace preguntarme si lo hizo en algún momento anterior a su muerte, o si pensaba hacerlo, y si Nonuki lo sabe. Quizás parte del dolor que carga Yoshiki tras la muerte de Hikaru sea que jamás pudo confesarsele.
Por otro lado, Hikaru en los primeros capítulos expresa varias veces querer a Yoshiki, además de mostrar celos cuando este queda con alguien más que él no conoce. Solo desea que Yoshiki lo mire a él, no a otros espíritus, entes o fantasmas. Reiteradas veces Hikaru le promete protegerlo, pero también muestra su lado más vulnerable cuando dice: “Pero te necesito, Yoshiki, no puedo funcionar sin ti…”
Si pensamos en Hikaru como Nonuki, surge la pregunta de si Yoshiki siempre ha sentido esto por Hikaru y si Nonuki lo sabe. ¿Estará Nonuki utilizando a Yoshiki para algo que aún no se nos ha revelado? Si bien Hikaru no le puede mentir a Yoshiki, eso no significa que no pueda ocultarle información. O quizás, como mencioné antes, la experiencia de ser amado y amar a Nonuki, que ha estado solo durante tanto tiempo, le resulta satisfactoria. Más allá de esto, se trata de una conjetura personal, y habrá que ver si este aspecto se desarrolla en los siguientes capítulos del anime.

Si bien El verano en que Hikaru murió se centra en la relación entre Hikaru y Yoshiki, el cambio de Hikaru también afecta al pueblo donde ambos viven. Desde la muerte de Hikaru, han ocurrido hechos extraños y paranormales en los alrededores, entre ellos la muerte de una anciana que parece conocer a Nonuki. Esta muerte y su naturaleza disparan las alarmas de los aldeanos mayores, quienes parecen tener conocimiento sobre este ente y le temen. Según ellos, Nonuki es peligroso y no debería estar vagando por ahí, sino encerrado en la montaña donde siempre ha estado. Algunos de estos aldeanos temen convertirse en su próxima víctima, aunque el motivo no se nos explica.
Otra cuestión que tampoco se ha revelado hasta ahora en el anime son las intenciones de Nonuki. No sabemos por qué mata o si tiene intención de acabar con la vida de ciertas personas, ni por qué parece necesitar desesperadamente a Yoshiki. Lo único que se nos ha contado sobre él es que estuvo encerrado en una montaña y que representa una gran amenaza. La gente que lo conoce o puede percibirlo dice que se trata de una impureza capaz de crear alteraciones y atraer a otros monstruos, fantasmas y seres sobrenaturales. También se nos revela que Nonuki, de alguna manera, tiene una relación con los Indo (el apellido de Hikaru), ya que al parecer los hombres de esta familia realizan un ritual en su honor, ritual que los viejos aldeanos presumen que Hikaru ha fallado al intentar llevar a cabo.

Desde el punto de vista visual, El verano en que Hikaru murió destaca por el uso de las sombras en momentos de reflexión y tensión. La historia transcurre durante el verano y, por ello, las escenas más banales ocurren a plena luz del día, con una luz solar directa y, podría decirse, hasta agobiante. Pero en cuanto hay tensión entre los personajes o se revelan aspectos sobre la nueva naturaleza de Hikaru, una sombra evidente se apodera de la escena, dejando todo en penumbras, cargando el momento de tensión y advirtiéndonos que hay aspectos de Hikaru o información sobre él y/o lo que pasa en el pueblo que se nos esconde.
Estas sombras no son totalmente negras, sino de un color azulado, lo que le da al anime cierta sensación de tristeza y nostalgia, quizá la misma que Yoshiki manifiesta durante toda la historia. Es como él se siente ante la muerte de Hikaru y ante el nuevo Hikaru, pues desearía que fuera el de antes.
En contraposición al azul, de vez en cuando el anime nos muestra ciertos elementos de un color rojo casi fluorescente o, por el contrario, muy opaco, casi burdeos. Este color advierte constantemente sobre el peligro que supone Hikaru, pero también del que se enfrenta el pueblo. Lo percibimos en las sirenas de la policía cuando muere la anciana, pero también en los ojos de Hikaru, o cuando Nonuki muestra su forma fuera del cuerpo de Hikaru.
Este color rojo también está presente en los montajes rápidos que la serie utiliza en algunos momentos para pasar de una escena a otra, y que forman parte de los recuerdos y los sueños de Yoshiki, generando en el espectador cierta inquietud.

El verano en que Hikaru murió es un anime que trata temas complejos y mantiene al espectador inquieto y en vilo, a la espera de conocer cuáles son las intenciones de los personajes y el porqué de las cosas que suceden en el pueblo donde viven Hikaru y Yoshiki.
El anime sabe mantener la tensión sin que el espectador pierda el interés en lo que está viendo, no solo a través de su historia, sino también de su parte artística. Además, aborda con especial habilidad y sensibilidad el tema queer, no como eje principal de la historia, pero sí como un elemento importante para que esta se desarrolle y como trasfondo fundamental de sus personajes. Sin el tema queer, definitivamente, este anime sería otra cosa.
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