Horimiya ha sido uno de los animes más hablados, más queridos por la comunidad este invierno y, personalmente, una de las mayores decepciones que me ha generado este mundillo desde que estoy dentro de él (para haceros una idea, llevo viendo bastante anime desde hace ya casi 8 años, y desde que no me ducho 7 y 364 días); pero que conste, no es malo y, si lo fuese, escribir este post me haría menos daño.
Hace ya unos dos meses, o tres (sé que fue en enero), os contaba mis impresiones y publiqué en esta web mi análisis de su primer capítulo, uno que me alegré de ver porque parecía que estaba viendo una gran obra que haría justicia a su fuente de origen teniendo detallitos curiosos como el uso de colores para hablar de sentimientos pueriles o un chibi guay (si no sabéis de lo que hablo, os recomiendo buscar este post; me atrevería a decir que me salió bastante bien); pero, jope, el sabor que tengo ahora mismo en mi boca es mucho más amargo que en aquel entonces. Con esto os quiero decir dos cosas, el anime me quema, y que lo hace porque no es malo (tiene la voz de Battler, y este hombre solo ha hecho cosas buenas si obviamos la inexistente, en mi cabeza, adaptación de Umineko) pero debería haber sido mejor; pero, ¿por qué?
Mucha gente ha disfrutado de la serie, el fandom en Twitter estaba que lo petaba; pero la mayoría se han quedado conformes con una adaptación que se salta unos 80 capítulos que merecían la pena, y que no ha desarrollado nada a los secundarios ni ha llegado a generar la mitad de sentimientos que lo que hace su manga; y lo peor es que este estudio, CloverWorks, ha destrozado también la adaptación de otra historia como Yakusoku no Neverland (de verdad, con lo que prometían sus 3 trabajos de esta season de anime y lo decepcionado que me encuentro con estos no tiene nombre). No veremos el ship entre Kouno y Yanagi, el cómo Moto logra aprobar sus exámenes de ingreso, el conocer al padre traumado de Sengoku, las bromas entre la escualidez del presi y Miyamura, el día a día de “mis niños”, casi todo, al fin y al cabo; y, lo que más me duele, el público se quedará conforme y no acudirán al manga en su mayoría. Ver cómo Kyouko e Izumi se van conociendo poco a poco y descubriendo lo que aman el uno del otro (pfffff, odio demasiado que el cap 81, el mejor con diferencia para mí, no haya sido tratado) y la delicadeza de su romance y de los que les rodean; han roto este viaje.
Ya lo sé chicos, estoy llorando como muchos en redes porque solo han adaptado ¼ de la obra; pero, por favor, leed el manga y no os conforméis con poco, que si no me da algo. Os dejo aquí, que me quiero ir a acurrucarme a la esquina de mi cuarto.
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