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Cobra Kai: 3ª temporada (crítica y análisis con spoilers).



¡Hola a todos, jóvenes amantes del kárate! Estas Navidades han venido cargadas de regalos, y uno de ellos ha sido el estreno de la ansiada 3ª temporada de la serie Cobra Kai, 10 nuevos capítulos que están ya disponibles en la plataforma de streaming Netflix.


Después del fin de la anterior temporada, la cual nos dejó a todos con los pelos como escarpias, tanto nuevos como antiguos fans estábamos deseosos de que llegara el 1 de enero. Y puedo decir que no ha decepcionado nada en absoluto, sino todo lo contrario. Esta temporada ha venido cargada de todo aquello que adelantaba el tráiler: nuevas escenas de pelea, un desarrollo más profundo de nuestros protagonistas, más comedia y situaciones graciosas.



En esta temporada retomamos la lesión de Miguel a manos de Robby, elemento central alrededor del cual giran el resto de tramas. Al principio nos encontramos a un hospitalizado Miguel, mientras que el hijo de Lawrence ha huido de la ciudad debido al accidente de la pelea del instituto. Además, descubrimos que las secuelas del incidente no sólo han afectado nuestros jóvenes protagonistas, sino que también ha habido consecuencias a lo largo y ancho de All Valley.


A lo largo de los 10 capítulos tendremos varios hilos conductores, los cuales nos llevarán a un final que, aunque da a los fans lo que llevamos deseando desde el minuto uno, está perfectamente hilado y tiene la coherencia necesaria para hacer de esta temporada la que, para mí, es la mejor de las tres.



El rumbo de los jóvenes pupilos


Retomando la historia de Miguel, le encontramos en el hospital, en coma tras la caída sufrida en la pelea del instituto. Su madre, enfadada y triste por lo que le ha sucedido a su hijo, le visita siempre que puede, pero no deja a Johnny acercarse a él, echándole la culpa a él y al kárate de lo que le ha sucedido a su hijo. Sin embargo, Lawrence no se da en ningún momento por vencido hasta que consigue entrar en la habitación de su alumno. Allí y aún estando en coma, le alienta a luchar por su vida, como ha hecho siempre que ha estado en problemas.


Después de despertar del coma (sí, lo siento mucho, pero si no, no tenemos serie, amigos míos), Miguel es sometido a una curiosa “rehabilitación”. Sin embargo, y tras ver que la terapia es una soberana gilipollez, Johnny decide llevar a su alumno a un concierto de rock. Y ahí es donde sucede la magia, sin apenas darse cuenta, el joven consigue mover un pie al ritmo de la música; dándole un atisbo de esperanza tanto a su familia como a su sensei. Nuestro amigo Lawrence, (a su manera, como siempre) hace lo imposible porque Miguel consiga andar, pero no es hasta que discuten acaloradamente cuando el chico consigue sostenerse sin ayuda de nadie. A partir de aquí es cuando Johnny decide reunir a todo aquel que quiera aprender el verdadero kárate y unirse a su nuevo dojo: Eagle Fang Karate (Colmillo de Águila), nuevo nombre con el que el sensei espera infundir respeto y temor en sus adversarios.



Por su parte, Daniel LaRusso intenta encontrar y ayudar al fugado Robby, llegando a pedirle ayuda a su rival y padre del joven al que ha entrenado. Dado que no consiguen encontrarle, cada uno retoma su camino, siendo Daniel el que sigue buscando a Robby. Al final, y en contra de la voluntad del chico, la policía le arresta y es llevado a un reformatorio. Allí, enfadado con las dos personas que más se han preocupado por él, abandonado y traicionado, sólo es capaz de escuchar a Kreese quien, tras encontrarle, pide audiencia con él e intenta traerle hacia su nuevo (o antiguo) Cobra Kai.


Tras la batalla campal en el instituto entre ambos dojos, Sam no puede olvidar lo que ocurrió, pues la culpabilidad le corroe. Además, sufre ataques de pánico y ansiedad desde la primera vez que pisa el instituto. Por su parte, Tory es expulsada al ser la causante de la pelea. Sin embargo, ella desea volver cuanto antes a Cobra Kai y darle su merecido a los débiles del Miyagi-Do.


A lo largo de los capítulos vamos viendo como la rivalidad entre ambos dojos va in crecendo: los Cobra Kai no dejan de acosar a los alumnos de LaRusso, hasta que estos deciden poner punto y final tendiéndoles una emboscada en los recreativos. Sin embargo, esta venganza se vuelve en su contra, pues los alumnos de Kreese machacan a los pupilos de Daniel.


Es aquí cuando entra en acción Halcón: casi al final de la pelea atrapa a su antiguo amigo, Dimitri, contra el suelo. Alentado por sus compañeros del dojo, le rompe el brazo, dejándoles bien claro quién manda en el valle. Sin embargo, este acto empezará a generar un conflicto dentro de él que, unido a las nuevas incorporaciones al Cobra Kai, harán que termine en un sitio casi impensable.


Además, podemos ver una evolución aún mayor en Dimitri: al final es un buen amigo, capaz de arriesgarse y proteger a los demás sin importarle nada más.



Aparecen nuevas pero, a la vez, viejas caras


Tras todas las dificultades en el concesionario LaRusso, provocadas por la imagen dada por el Miyagi-Do tras la pelea del instituto, Daniel se ve obligado a viajar hasta Japón para intentar reflotar su negocio. Aunque pone todo su empeño en conseguirlo, su oferta es rechazada por la empresa nipona. Desolado y sin saber qué hacer, decide volver a Okinawa con la esperanza de que el señor Miyagi le muestre el camino, igual que hizo tiempo atrás.


Es allí donde se reencuentra con dos personas que marcaron su vida en su estancia en aquel pueblo durante su juventud: Kumiko, su segundo amor; y Chozen, el chico que intentó matarlo durante el festival en el pueblo de Tomi, años atrás. Allí, aparte de conseguir arreglar su acuerdo comercial con la compañía japonesa de coches, se reconcilia con Chozen y su pasado común. Gracias a esto, Chozen le enseña una faceta más del Miyagi-Do: cómo incapacitar a un rival que sólo piensa en luchar.




En cuanto a Johnny, en esta temporada sufre el reencuentro más emotivo: aparece en su vida Ali, su antigua exnovia del instituto. Gracias a ella, Lawrence entiende que la verdad tiene dos mitades: la que ve él, y la de la persona que está al otro lado.



Unidos por un bien mayor


Tras la pelea entre ambos grupos, el consejo municipal del valle decide suspender el torneo de kárate. Es en este momento en el que los tres senseis (Kreese, Lawrence y LaRusso) acuden a la junta para salvar el torneo. Sin embargo, la sorpresa llega cuando, después de los intentos de los tres por convencer al consejo de la celebración del campeonato, son Miguel y Sam los que consiguen ratificar la decisión de suspender el torneo.


Después de esta noticia, Sam y Miguel deciden intentar fusionar ambos dojos (Miyagui-Do y Colmillo de Águila) para combatir a Cobra Kai. Sin embargo, se ven interrumpidos por los alumnos de Kreese, y es aquí donde comienza la segunda pelea entre ambos bandos. Casi al finalizar, Dimitri es atrapado por dos Cobra Kai, los cuales vuelven a alentar a Halcón para que le rompa el otro brazo. Aquí es donde viene la sorpresa: el antiguo amigo de Dimitri se redime y se une a sus antiguos compañeros para combatir al dojo de Kreese.


Tras finalizar todo esto, se nos muestra una imagen sorprendente: Johnny Lawrence y Daniel LaRusso deciden unirse para vencer a Cobra Kai en el Torneo de All Valley.


Daniel y Johnny frente a sus pupilos

 

Después de haber visto de pequeña las películas de Kárate Kid, y descubrir que iban a sacar esta serie sobre la vida de Lawrence después de su derrota en el Torneo, me ha hecho sentir que el legado de aquellas películas no murió con la última de estas.


Esta serie es todo lo que un fan de la saga puede desear. Pero bueno, estamos aquí para hablar sobre la tercera temporada. Para mí, es la mejor de las tres.


Es posible que muchos digan que trae demasiado fanservice, y aunque es cierto puesto que da al espectador todo lo que quiere ver, está perfectamente hilado con la 2ª temporada, y deja todos los cabos bien atados para iniciar una última.


Las escenas de peleas siguen siendo de lo mejor de la serie (no olvidemos que la escena final de la segunda temporada en el instituto se realizó en una sola toma): te sientes completamente dentro de la pelea, como si tú fueras uno más de los participantes; las actuaciones de los actores y actrices no podría ser mejor: los antiguos nos siguen transmitiendo lo que mostraron en las películas originales, y los nuevos traen aire fresco al reparto; sin olvidarnos de esa parte cómica que envuelve todo de una forma muy sutil, dándole a la serie ese matiz inconfundible que tiene desde el minuto uno.


En definitiva, una serie muy recomendable tanto para antiguos fans que quieran ver renacer el kárate de la mano de nuestros antiguos héroes, como para nuevos seguidores que quieran unirse al maravilloso mundo de Kárate Kid. Para mí, esta temporada se merece un 9/10 sin lugar a dudas.



Y vosotr@s, ¿qué elegís? Yo lo tengo claro.


Phoenix
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