Assassins Creed Valhalla (ACV) ha sido, a la espera de los próximos lanzamientos y ya con dos años y medio de vida, el último gran lanzamiento de Ubisoft en cuanto a su franquicia más mimada. Con el juego recientemente jugado por mi parte paso a explicaros por qué me parece un gran juego de rol pero un AC mediocre.
Como siempre nos acostumbra el equipo de documentación e historia de la franquicia, el trabajo de recreación cultural en todos los ámbitos es excepcional, y aquí incluyo todos los aspectos (arquitectura, vestuario, tradiciones, choques culturales religiosos, conflictos históricos, etc). Nos metemos en la piel de un nórdico (danés) en la época de expansión hacia Britania, poblada por anglosajones y nórdicos dividida en pequeños reinos feudales.
La presentación artística es brutal, desde los fiordos noruegos y un crudo invierno hasta el cambio a las sureñas costas de Inglaterra. El uso del drakkar para realizar saqueos en poblaciones desprotegidas y para transitar a los diferentes escenarios de campaña, si bien se puede hacer largo en algunas ocasiones, proporciona una experiencia muy agradable de juego.
Como todo buen juego de rol, el desempeño de oficios como la pesca o la recolección de recursos tienen protagonismo para poder progresar en el juego en general, dándonos acceso a mejoras de equipo intercambiando los bienes en los diferentes puntos de comercio, herrería etc. En este apartado, la mejora de nuestro pueblo será bastante importante para poder acceder a mejoras avanzadas tanto estéticas como funcionales, lo cual hace que debas complementar la campaña con otras tareas.
Aquí es donde un jugador rolero se sentirá en su casa. Por el mapa nos aparecen cientos de colecciones y eventos que apoyan a la historia principal pero que a un jugador medio se le van a hacer interminables y no llegará a completar una décima parte de ellos pero que a un rolero de toda la vida simplemente le harán alcanzar la felicidad. En mi opinión, desproporcionado el número para la poca trascendencia que tienen, repito, opinión.
La campaña, muy buena la presentación en general, pero repetitiva y hasta en ocasiones sentí que se me hacía muy larga. Si bien conoces hasta el último rincón de la isla, no deja de ser hacer lo mismo pero en diferentes puntos, y todo se reduce a ir a un punto y matar, fin. El sigilo no es ni siquiera recomendable para ganar, solo lo usas si quieres darle un poco de salseo al juego. En el apartado de saqueos, totalmente prescindible, no aporta nada para la jodienda que es estar en un apartado del juego que no permite ni guardar, para mí la peor parte del juego sin duda.
Los DLC son exquisitos, una manera muy bonita de conocer la mitología nórdica, pero adolecen del mal del juego, MÁS DE LO MISMO, solo que en otro escenario. Aún así recomiendo encarecidamente jugarlos porque es una experiencia de juego brutal. Visitaremos Asgard, Jotumheim, veremos el Ragnarok, ¿de verdad nos queremos perder eso?
Bueno y hasta aquí, ¿qué hay de AC? Nada, absolutamente nada. Meter con calzador a una pareja de miembros de la Orden de los Ocultos(aún no asesinos) que estaban de viaje y se encuentran con un personaje principal del juego no es meter historia de AC. Matar a varias decenas de objetivos sin ningún tipo de relevancia en la campaña es como poco, un patinazo. Y continuar una historia en la actualidad que es una huída hacia adelante porque no hay ideas frescas es bueno, intentar dar continuidad a la saga con algún hilo argumental.
La franquicia necesitaba un refresco y con la trilogía de Origins, Odyssey y Valhalla lo han conseguido, pero hasta aquí. Los Ocultos tienen que acabar y un juego que necesita de muchas decenas de horas para acabarlo hay que meterle más carga argumental y menos paja, o conseguir que todos los eventos del juego tengan relevancia en el más mínimo detalle del juego. Vienen cosas nuevas en AC, a la espera quedamos de ver el rumbo que toman.